Es una conexión anormal entre una de las arterias coronarias y una cámara del corazón u otro vaso sanguíneo. Las arterias coronarias son los vasos sanguíneos que traen sangre oxigenada al corazón.
Fístula significa conexión anormal.
Una fístula de la arteria coronaria a menudo es congénita, lo cual significa que está presente al nacer. Generalmente ocurre cuando una de las arterias coronarias no logra formarse de manera apropiada, por lo general cuando el bebé se está desarrollando en el útero. La arteria coronaria se adhiere en forma anormal a una de las cámaras del corazón (la aurícula o el ventrículo) o a otro vaso sanguíneo (por ejemplo, la arteria pulmonar).
Una fístula de la arteria coronaria también se puede desarrollar después del nacimiento y puede ser causada por:
La fístula de la arteria coronaria es una afección poco común. Los bebés que nacen con ella algunas veces tienen también otros defectos cardíacos.
Los bebés con esta afección normalmente no tienen ningún síntoma.
Si los síntomas en verdad se presentan, pueden abarcar:
Esta afección normalmente no se diagnostica hasta posteriormente en la vida. Generalmente se diagnostica durante exámenes que se hacen para otras cardiopatías. Sin embargo, el médico puede escuchar un soplo cardíaco que conducirá al diagnóstico con exámenes adicionales.
Los exámenes para determinar el tamaño de la fístula abarcan:
Una fístula pequeña que no esté causando síntomas generalmente no necesitará tratamiento. Algunas fístulas pequeñas se cerrarán por sí solas. Con frecuencia, incluso si no se cierran, nunca causarán síntomas ni necesitarán tratamiento.
Los bebés con una fístula más grande necesitarán que se les practique una cirugía para cerrar la conexión anormal. El cirujano cierra el sitio con un parche o con puntos de sutura.
Otro tratamiento tapona la abertura sin cirugía, empleando un alambre especial (espiral) que se introduce dentro del corazón con un tubo largo y delgado llamado catéter. Después del procedimiento, la fístula generalmente se cerrará en los niños.
Los niños que son operados normalmente tienen un buen pronóstico, aunque es posible que un pequeño porcentaje necesite operarse de nuevo. La mayoría de las personas con esta afección tiene un período de vida normal.
Las complicaciones son más frecuentes en pacientes mayores.
La fístula de la arteria coronaria por lo regular se diagnostica durante un examen por parte del médico. Llámelo si su bebé tiene síntomas de esta afección.
Park MK. Park: Pediatric Cardiology for Practitioners. 5th ed. Philadelphia, Pa: Mosby; 2008.